Lo que tu café puede enseñarte sobre marketing digital
Tengo que empezar diciendo que de ninguna manera me considero un experto en café. Tampoco soy lo que algunos llamarían un esnob del café. Aunque en el pasado he tenido la suerte de trabajar en una oficina, y una ciudad, que simplemente hace el café muy bien. Estoy literalmente rodeado de él. Yo lo bebo y mis amigos están al borde de la obsesión.
Para aquellos de ustedes que comparten esta misma apreciación, probablemente han sentido el dolor que estoy a punto de compartir con ustedes. Recientemente mi trabajo en comunicaciones me ha tenido viajando más de lo normal. Esto ha significado que mi café de calidad habitual no ha sido tan fácilmente accesible. Sí, he tenido que conformarme con eso que sirven en clase turista. Aún no estoy seguro de que sea café. Aunque no es de café de avión de lo que quiero hablar. Se trata de esa máquina compacta que adorna muchas oficinas y hogares de todo el mundo. En Estados Unidos, es la Keurig, aunque en este artículo me referiré a ella simplemente como café en cápsulas. Esa sencilla máquina automática que con sólo introducir una cápsula y pulsar un botón ya está lista. Ya tienes café.
¿Qué tiene que ver esto con las comunicaciones?
En estos mismos viajes, entre otros, he estado formando y asesorando en comunicación, concretamente a través del espacio digital. Aunque esto no es exclusivo de algo como las redes sociales me ha fascinado esa cosa en nosotros que desea un resultado instantáneo y fácil. Es lo que nos atrae de esa entrada de blog con 5 consejos prometiendo que nuestro vídeo se hará viral. Yo no soy diferente. Sinceramente, es uno de los principales puntos de discusión que no deja de salir a colación.
Por alguna razón queremos la versión café en cápsulas de las comunicaciones. Dónde puedo comprar algo barato que coja un proceso habitualmente complejo, lo simplifique, lo acelere y, en definitiva, escupa un resultado. Aunque pensemos en ese resultado por un segundo. No quiero ofender a los que beben café en cápsulas, yo mismo lo hago a menudo, pero la verdad es que el resultado es horrible. Es un café horrible.
Entonces, ¿qué es lo que da un buen resultado?
Ve y observa a un buen barista en una cafetería local. Sí, hay máquinas involucradas. Pero quiero señalar dos factores importantes. En primer lugar, las máquinas que utilizan son de gama alta y son muy caras. La mayor parte del capital inicial de una cafetería se destina a financiar esa misma máquina. Por último, y este es el punto principal que quiero destacar, el barista está implicado en cada paso del proceso. ¿Sabías que la fecha exacta en que se tuestan los granos y se abre la bolsa por primera vez es importante? Pues sí. ¿Sabía que la humedad y la hora del día influyen en la forma de moler el café? Pues sí. Y eso sin hablar del peso de los posos, el momento de la toma o la temperatura del agua o la leche. Aunque estas son sólo algunas de las cosas que cuidan y manejan con precisión.
Su trabajo es duro.
Es un trabajo duro, lleva tiempo, y el resultado final es increíble.
Ahora creo que podemos aprender mucho de nuestros baristas. No sólo en comunicación sino en muchas cosas que estamos haciendo. En pocas palabras; el resultado que obtengamos de nuestras comunicaciones a menudo será el producto de lo que pongamos. ¿Estamos dispuestos a sumergirnos en cada detalle de nuestros procesos, de principio a fin? ¿Podemos arriesgarnos a cometer errores y, en última instancia, ensuciarnos las manos? Esto podría relacionarse con nuestro deseo de automatizar cosas como las redes sociales en lugar de ponernos manos a la obra con una plataforma. De una forma que conecte con la audiencia y nos enseñe realmente el medio. Intenta aprender a usar SnapChat y descubrirás rápidamente a qué me refiero.
Ahora bien, si usted es feliz con un resultado de café con leche en el trabajo que está haciendo que está bien. Por todos los medios, automatizar away.